La historia del pueblo

Historia de Chiva

Parece que los primeros vestigios de la presencia humana en lo que actualmente forma el término municipal de Chiva, aparecen en época del Epipaleolítico, entre el 8.000 y el 5.000 a.C. Así mismo, son relevantes los diferentes objetos y restos humanos encontrados en ladera de la loma del Castillo, la zona en la que posiblemente nació la población. Esta cueva de enterramiento sepulcral, de época Calcolítica (IV-III milenio a.C.), es la primera conocida en la comarca.

También existen otras covachas y diferentes yacimientos que irían desde la época del bronce hasta el medievo, salpicando todo nuestro territorio, dada la morfología y la situación estratégica de éste. Se podrían destacar, por ejemplo, la Cueva del sapo, la de las vacas el Castillejo íbero de Charnera, alguna villa romana, el castillo y la Torreta, en el propio casco urbano o restos de poblados medievales, como el de Urrea, entre otros.

Ya durante la época musulmana los campesinos de Chiva, de origen íbero, mayoritariamente se irán convirtiendo al islam y se pondrán al servicio de la nueva aristocracia feudal. En esta época, las fortificaciones de nuestro pueblo, pertenecerán al cinturón defensivo de la ciudad de Valencia y nuestro castillo será reforzado; sobre todo en la época en que se fragmenta el Califato en los llamados Reinos Taifa (siglo XI), que mantendrán guerras entre sí, al tiempo que sufren el acoso de los señores cristianos que caen sobre sus fronteras en expediciones de saqueo.

En esta época (1.212) se construiría la mezquita, que más tarde será iglesia de San Miguel, tras la conquista del Reino de Valencia por Jaime I de Aragón.

Siglo XIII

En 1.238 cae Valencia en poder del rey, ayudado por los nobles catalanes y aragoneses y, a uno de éstos, Berenguer de Entenza, concederá la Villa y el Castillo de Chiva y Pedralba, como señor feudal. Este caballero, que fue protagonista en el famoso episodio de los Corporales de Daroca o de Chiva, parece que también instauró la capilla de la Virgen del Castillo, dentro de la fortificación, lugar donde, algunos investigadores, señalan que podría haber sido enterrado.

Siglo XIV-XVIII

A su muerte heredó el Señorío de Chiva su hijo Bernat Guillem, el cual concedería Carta Puebla, en 1.303, que sería confirmada en 1.318 por el infante Alfonso, Conde de Urgel y Señor de Chiva. En ese momento, el señorío estaba compuesto por nuestra Villa y los lugares de Gestalgar, Godelleta y Perenchiza, aunque años más tarde, se citan también los lugares de Miralcampo y Paredes, dentro de nuestro extensísimo término. Será a finales de esta centuria, cuando sobresalga la figura de Fray Jaime de Chiva, obispo y confesor de reyes; también embajador ante el papa en el conflicto Lluliano.

Pedro II de Valencia y IV de Aragón, hijo de Teresa de Entenza y Antillón, Señora de Chiva, y el infante Alfonso, Conde de Urgell, heredará el señorío. Así, nuestro pueblo se verá envuelto en la “Guerra de los dos Pedros”, siendo atacado por las tropas castellanas en 1.363. Pero debido a los apuros económicos del noble, tras la contienda, llegará a un acuerdo con Guillermo Raymundo, Conde de Moncada, para cambiar la Baronía de Cervelló y la Villa de Apiaria, por el Señorío de Chiva, segregando de éste Gestalgar. De esta forma nuestra Villa pasará a manos de los Moncada que mantendrán el dominio sobre este feudo, hasta el siglo XVIII.

Otros señores a reseñar de esta dinastía, que ocupó puestos de gran relevancia, serían, por ejemplo, Gastón de Moncada, embajador de Felipe III en la corte de Paulo V, gran senescal y maestre racional de Cataluña, virrey de Cerdeña y de Aragón y consejero de estado de Felipe IV, que, entre otras cosas, concedió nueva Carta Puebla y trajo las reliquias de los Santos Medios (patrones de la población), tras la expulsión de los moriscos en 1.609. O Francisco de Moncada, historiador, escritor, diplomático y guerrero, que fue Gobernador general de los Países Bajos y consiguió que su condado pasara a Marquesado, por merced de Felipe II. Éste propició la fundación del importante Convento franciscano de San Luis Obispo, en nuestra población.

Nuestra villa participará activamente en la sublevación de Cataluña, en la década de 1.640 y en la guerra de Sucesión al comenzar el XVIII, dándose en nuestro territorio episodios bélicos significativos, debido a su emplazamiento y a la relevancia de sus señores. Pero los procesos de transformación social y económica más importantes se producirán cuando la baronía pase a manos de los Medinaceli, la Casa más poderosa del país, tras la boda, en 1.722, de Teresa de Moncada VII Marquesa de Aytona, y el Duque Luis Antonio Fernández de Córdoba. Consecuencia de la gran pujanza económica y social será la construcción de la nueva iglesia parroquial dedicada a San Juan Bautista.
En 1.761 se iniciará oficialmente, el proceso de incorporación a la corona; un pleito que no se zanjaría hasta 1.900, aunque desde mucho antes (1.835), el duque ya no cobrará sus derechos feudales y tendrá sus bienes en la baronía secuestrados por el estado.

Siglo XIX

Será en el siglo XIX, durante la Guerra de la independencia y sobre todo, en las Guerras Carlistas, cuando nuestro pueblo vivirá los episodios bélicos más importantes. Es entonces cuando se desarrolla, entre otras acciones decisivas, las renombradas “Primera y Segunda Batallas de Chiva” (1.836), cuando se crea la laureada “Guardia Nacional de Chiva” o cuando se le concede a la Villa, por Real Decreto, los títulos de “Muy Leal, Honrada y Valiente”.

En esta época, el Castillo quedó arrasado tras la demolición ordenada por el General Seoane en 1.841. Así, esta fortaleza no se utilizará, prácticamente, hasta la fatídica guerra civil de 1.936, cuando el municipio, que acogía el aeropuerto republicano de la “Señera”, fue bombardeado por la aviación alemana.

Si a finales del XIX el pueblo contaba con 4.500 habitantes, desde entonces, no ha dejado de crecer y, tras superar algunas crisis, hoy, con más de 15.000, es ejemplo de progreso, tolerancia e interculturalidad, como ejemplifican, por ejemplo, sus ancestrales fiestas del Torico; ese gran legado, posiblemente de los íberos, de los moriscos; bendecido por los franciscanos.

Dirección

Calle del Doctor Nácher, s/n, 46370
Chiva, Valencia

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