Los festejos del Torico, dedicados a la Virgen de la Asunción y San Roque, son, además de una gran manifestación social y turística, un gran acontecimiento cultural, en el que adquiere gran relevancia, como todos sabemos, la música popular. La música siempre está presente en todo el sistema ritual; en los pasacalles, las Albás, las Rondas, o las Dianas, las Torres y las Torrás, ya en los días de Carreras. Estás últimas danzas circulares son unos bailes que, según los expertos, serían una variante de las seguidillas, de moda en el siglo XVII y XVII y que tuvieron su época de auge y esplendor en el XVIII y principios del XIX.

Al compás que marca la dulzaina, con su graciosa melodía abolerada, el baile popular seguirá unos movimientos sencillos y reiterativos, pero de una gran energía. Así, en el libro El Toro de la Cuerda en España, que editamos con motivo del I Congreso Nacional de Toro de Cuerda, el especialista Fermín Pardo alude, a este respecto, a un bailador: Rafael García “Colandero”, quién, con los pies desnudos, rompía los huesos de las olivas con los talones ejecutando esta antigua danza reservada a los mozos.

Hemos comentado esta danza tradicional de nuestros festejos porque queremos relacionarla, de alguna manera, con el baile que se dedica en diferentes localidades de Aragón, lugar de origen de muchos de nuestros antiguos repobladores, precisamente al mismo santo taumaturgo; a Roque.

Así, hay que subrayar que el Baile de San Roque es la tradición más diferenciada vigente en la Comarca del Jiloca. Quizá el más popular en esa comarca es el que caracteriza las fiestas patronales de Calamocha en honor a la Virgen de la Asunción y San Roque, su patrón, celebradas del 14 al 18 de agosto.

Parece que fue en el año 1885, cuando esta villa sufrió una epidemia de cólera y le ofreció al santo un baile por su protección, donde se incluyen comentarios y ruegos en forma de poemas llamados “dichos”. De esta forma, siguiendo la tradición desde 1886, los calamochinos cada año repiten su emocionante y particular homenaje al santo. Año tras año, jóvenes y no tan jóvenes, emprenden su particular peregrinaje bailando. Son, aproximadamente, trescientos participantes vestidos de blanco con la faja azul, en la mayoría de los casos, que se colocan en dos filas, delante de la imagen, en la procesión del día 16, día de su festividad; pero, también, el 17, día de San Roquico y al domingo siguiente, cuando se devuelve la imagen a su ermita.

Cada uno de ellos baila al son de la música con el que tiene delante, con el que va detrás y con el de enfrente, que es su pareja y con el que se cambiará de fila al mismo tiempo. El baile y la procesión se interrumpen cuando alguna persona quiere pronunciar un dicho. Éste se acerca al bailador que lleva el palitroque o bastón ornamentado con cintas de colores, caracolas y calabazas de peregrino, lo coge y lo levanta. Se hace el silencio y entonces el dichero inicia su crónica sobre algún aspecto de la actualidad de la villa, más o menos crítica, sobre las fiestas u otros temas, dirigiéndose al santo, al que terminará pidiendo ayuda antes de despedirse de él.

Cada cual tiene su sitio en la fila en función de los años de experiencia danzando. Así, los bailadores más veteranos se sitúan cerca del santo y los más jóvenes abren la marcha durante el baile que cuenta con una duración aproximada de tres horas. La música, de raíz popular, es una adaptación realizada a finales del siglo XIX por Manuel Marina, quien introdujo algunas variaciones para que se pudiera tocar con tambor y dulzaina, pero también con una banda de música.

El día de “San Roquico”, además del popular baile hay una solemne misa que acaba con una emocionante procesión por las calles de la localidad en la que cobran importancia los panes rituales, una especie de roscos o rollos que se cuelgan del santo para así aportar facultades de bendición o protección para los que disfrutan de ellos. Sabemos que el círculo, en el simbolismo cristiano alude al cielo, a la protección, a la resurrección.

Como hemos insinuado, en la zona son también destacables diferentes dances del Baile de San Roque, declarado Fiesta de Interés Turístico de Aragón en 2012, como las de Ferreruela de Huerva, Atea, Villafeliche o Cutanda. En este último pueblo la coreografía es similar e, igualmente, en algunos años se suelen decir dichos, criticando la situación de la localidad o alabando al santo patrón. Pero, además, cobra protagonismo el canto de las auroras a San Roque, coplas que en el pasado servían para convocar a los fieles al rosario. Éste se repite en distintos puntos del trazado urbano con el acompañamiento, también, de la dulzaina.

Como curiosidad, citar que en Labastida (La Rioja) se celebró, de manera continuada desde el siglo XV hasta ya entrado el siglo XX, una danza de San Roque de muy parecidas características. En tierras de Jiloca, parece que, pese a que las danzas conservadas son de un origen relativamente reciente; sin embargo, el significado simbólico de algunas nos remite a un tiempo anterior. Algo similar a lo que ocurriría con nuestras Torrás.

Nuestras danzas no son de filas enfrentadas como las aragonesas que hemos visto; son bailes de plaza, en círculo, como vemos en otras regiones españolas (como la Rioja) que, además, se ejecutan en la misma sesión que las Torres humanas, funcionando como una especie de contradanzas. Sin embargo, al margen de la clasificación coreográfica, nuestros bailes “arbitrarios”, también han pervivido manteniendo, más o menos su estructura; conservando, en mayor o menor grado, su carácter ritual y alegórico, como esos otros dances o bailes procesionales u otros de villano o bandera (también de ritmo frenético). Igualmente, podrían servir para homenajear a Roque, el santo milagrero y sanador al que se agradece su amparo, tras la carrera.

Aunque solo las hemos mencionado, las torres humanas, como en otras localidades, podrían tener un simbolismo similar (resurreccional), quizá dedicado al santo o quizá a la Asunción, como hemos comentado en otras ocasiones; quizá a ambos…


*Fotografía: Monumento al bailador de Gonzalvo en Calamocha.

JCM
Centro de Interpretación del Torico (CIT)

This function has been disabled for El Torico de la Cuerda | Asociación peña taurina.