En artículos anteriores y teniendo como telón de fondo la actual coyuntura, hemos destacado algunas de las escasas ocasiones en las que no se han celebrado las carreras del Torico, como la de 1882, por ejemplo.

En esta ocasión queremos hacer referencia a otras de esas raras eventualidades, aunque no podríamos certificar totalmente esos sucesos a los que se hace mención en el número 66 de la publicación Castillo (agosto de 1967).

Así, el autor del artículo Chiva hace 50 años (que firma con el pseudónimo “Jaime de Chiva”), señala, en una de las noticias de agosto de 1917, lo siguiente: “Días 17, 18 y 19 – no hemos podido encontrar datos acerca de si se celebró la tradicional fiesta del torico. El año anterior no se había podido celebrar por impedirlo la competente autoridad provincial, no obstante las gestiones de las autoridades locales. Las circunstancias del estado de guerra tal vez impidieran su celebración en este año de 1917”.

Decimos que no podemos autenticar esta información que se da en esta revista, porque el periódico El Correo español de 26 de agosto de 1916 desvela la multa del gobernador de Valencia impuesta al alcalde de Chiva por “haber autorizado una corrida de vacas”. De esto podemos deducir que sí hubieron carreras porque, como vemos en otros ejemplos citados anteriormente en algunos medios de comunicación (quizá por el desconocimiento de nuestro festejo por parte de la prensa madrileña e incluso regional), se hace referencia a éstas, como “corridas de vaquillas”.

Lo vimos, por ejemplo, cuando hablábamos del artículo de Las Provincias de 21 de agosto de 1920, que en su sección: Hace 100 años destacaba: “El gobernador cesa al alcalde de Chiva por unas supuestas corridas de vaquillas” Precisamente el hecho de referirse el propio gobernador a nuestro Torico en estos términos, le valió entonces a nuestro alcalde, para, ingeniosamente, alegar que  en Chiva “no se han corrido estos días, ni nunca, toros de fuego, ni se han intentado celebrar corridas de vaquillas; solo se ha celebrado corrida de toro ensogado”.

Aunque en épocas anteriores las prohibiciones se debían a otras cuestiones (como el hecho de relacionarse con costumbres paganas), en estos años, hay una oposición por parte de los gobernantes a este tipo de festejos taurinos populares que tienen otro cariz. De hecho, en este último suceso comentado el gobernador lanzaba una advertencia”: “Emplearían mejor el tiempo –los alcaldes- induciendo a los iniciadores de esos actos de barbarismo a ser cultos y a buscar otras distracciones en armonía con la civilización”.

Por otra parte, en 1916, como vemos en otros periódicos, también coincidió temporalmente nuestra fiesta con una huelga regional de los jornaleros del campo que finalizó a principios de septiembre; con lo que la medida gubernamental, podría estar destinada a evitar posibles disturbios en unos festejos muy concurridos y con un gran componente subversivo.

Así mismo, también podrían haber tenido que ver con la posible prohibición esa coyuntura bélica que se menciona en Castillo para 1917 (posibles efectos de la Guerra del Rif o de la Primera Guerra Mundial); aunque no es muy probable esta hipótesis, dadas las circunstancias en que se ha celebrado nuestro festejo en otras ocasiones (más delicadas).

Como curiosidad reseñar que el diario maurista La Acción de 15 de agosto de 1916, informa, sobre una corrida de toros en nuestro pueblo (junto con las de las plazas de Madrid, Jaén, Santander, San Sebastián y Gijón), que parece que no hubo problema en celebrar, pese a ser una modalidad taurina “de muerte” y no “de vida” como nuestro ancestral ritual: “Chiva, 15 (5,40 t.). Los novillos de la viuda de Subirats cumplieron, sin excederse./ Primero,- Carlos Montes torea  muy bien de capa y muleta, para un pinchazo en hueso y una buena estocada. / Segundo.- Alfarerito chico toreas regularmente, y da dos pinchazos y tres tardías estocadas. / Tercero.- Carlos Montes se luce toreando de capa y muleta; clava tres buenos pares de banderillas, y en la hora suprema atiza un estoconazo hasta la bola, que hace innecesaria la puntilla./ Cuarto.- Alfarerito consigue hacerse aplaudir toreando, y con el estoque receta una buena estocada y un descabello”.

Para finalizar este artículo de manera más grata, queremos destacar que sí tenemos constancia de que se celebraran las fiestas de septiembre, incluso las de 1916, contaron con la presencia del arzobispo de Tarragona. De esta visita informaron medios como el propio periódico La Acción (Madrid, 8 de septiembre).

Parece, pues, que hace aproximadamente un siglo tuvimos un par de años seguidos en los que las tradicionales carreras del Torico, no pudieron celebrarse. Un panorama similar al actual, aunque los motivos son bastante diferentes. Esperemos que superemos pronto la crisis sanitaria para que, entre otras cosas, esta interrupción no se alargue y supere ese número dos que simboliza la fe y la cooperación, la armonía y la reflexión, el equilibrio y la consideración. Esas definiciones que nos han ayudado y ayudarán a vencer la epidemia y el contratiempo.

JCM

Centro de Interpretación del Torico (CIT)

Publicación "Castillo", nº 66.

Publicación «Castillo», nº 66.

 

Torico en la Plaza. 1920.

Torico en la Plaza. 1920.

 

Diario La Acción. 15 agosto 1916.

Diario La Acción. 15 agosto 1916.

 

 

 

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